El proyecto tiene por objeto la reurbanización de las calles Tomàs Boada y Jaume I de Llagostera. Se construyó un itinerario adaptado con la ampliación de las aceras y la construcción de vados de peatones.
Se redimensionaron las anchuras destinadas a la calzada y a las aceras con la finalidad de reducir la anchura de la calzada a una medida estricta para el uso del tránsito de vehículos, evitando así la doble hilera de estacionamiento que en muchas ocasiones es el origen de una mala circulación. Además se redistribuyó el espacio restante para otros usos: habilitando plazas para carga i descarga, una hilera de aparcamientos y una ampliación de las dos aceras para el paso de peatones.
Esta solución de mejora de la movilidad es a la vez una propuesta de supresión de barreras arquitectónicas y una medida de pacificación del tránsito.